La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, European Food Safety Authority) organiza cada 3-4 años una conferencia científica internacional que reúne a expertos y agentes interesados para discutir sobre los temas clave en la seguridad alimentaria y compartir conocimientos. En esta ocasión, coincidió con el 20º aniversario del organismo y contó con la participación de más de 2700 asistentes, reunidos en Bruselas en sesiones plenarias y de trabajo, organizadas en torno a cuatro temas de interés: una sola vida, un solo planeta, una sola sociedad y muchos caminos, y tres niveles interconectados: seguridad alimentaria, una sola salud y sostenibilidad en el sistema alimentario.
El evento giró en torno a cómo el asesoramiento científico sobre seguridad alimentaria y la nutrición tendrá que desarrollarse para responder a los nuevos objetivos políticos y demandas sociales de alimentos seguros, nutritivos y sostenibles. También trató sobre cómo las instituciones que ofrecen asesoramiento científico sobre salud pública, protección medioambiental, seguridad alimentaria y nutrición deberían trabajar de forma más estrecha e incrementar su preparación para afrontar los desafíos que plantea un mundo que cambia a gran velocidad.
La legislación europea proporciona a la ciudadanía algunos de los estándares más altos del mundo en seguridad alimentaria. Las recomendaciones de la EFSA ayudan a proteger de los riesgos relacionados con los alimentos a los consumidores, los animales, las plantas y el medio ambiente. Ahora bien, el contexto científico, social y político en el que opera la agencia está cambiando más rápido que nunca, de modo que los impactos potenciales de los desarrollos recientes en seguridad alimentaria y cómo afrontarlos configuraron el núcleo de la agenda de la conferencia. Así, los participantes definieron seis recomendaciones principales para la EFSA:
1) Mantenerse al día de las novedades en ciencia y en tecnología, y sacar provecho a los datos. El crecimiento exponencial de los datos disponibles, las continuas innovaciones, la mayor complejidad tecnológica y los avances en las aplicaciones informáticas suponen tanto desafíos como oportunidades para llevar a cabo evaluaciones de seguridad alimentaria. Es necesario dedicar una atención especial al Big Data, la automatización y la inteligencia artificial, así como a las nuevas metodologías de enfoque (NAMs, New Approach Methodologies), la evaluación de mezclas químicas, el microbioma, y las nuevas fuentes de alimentos humanos y de piensos para animales.
2) Invertir en la preparación del futuro. Hay que anticiparse a los retos futuros para evitar el riesgo de verse superado por los nuevos desarrollos. Ello obliga a utilizar herramientas que permitan identificar los problemas y riesgos emergentes relacionados con los alimentos a todos los niveles geográficos para aplicar las medidas de control, prevención y seguimiento adecuadas.
3) Apoyar la transición hacia sistemas de alimentación sostenibles. Los sistemas de alimentación necesitan abordar una transformación urgente y significativa si pretenden alcanzar los objetivos de sostenibilidad; es decir, deben operar dentro de los límites planetarios. Como parte del Acuerdo Verde Europeo (European Green Deal), la Unión Europea ha presentado la estrategia “De la granja a la mesa”, que plantea objetivos sin precedentes en la consecución de un sistema alimentario más sostenible y resistente. Además, la UE tiene previsto adoptar un nuevo marco legislativo para finales de 2023, que abordará la sostenibilidad tanto de los productos como de los procesos. En la conferencia, se puso un énfasis especial en cómo conseguir dietas saludables sin sobrepasar los límites del planeta, reduciendo los impactos medioambientales de la agricultura y la producción de alimentos.
4) Aumentar la relevancia para la sociedad. La relación entre la ciencia y la sociedad se ha ido volviendo cada vez más compleja debido a la aparición de nuevos canales para el intercambio de conocimiento y a la naturaleza de las interacciones. Ello amplía el abanico de actores científicos y no científicos con quienes relacionarse, así como de los problemas y preocupaciones que abordar. La digitalización ha cambiado cómo interactuamos con la gente, y ello queda reflejado en las recientes modificaciones de la legislación alimentaria de la UE, introducidas por el Reglamento de Transparencia, que ha impulsado a la EFSA a integrar las expectativas de la sociedad en cuanto a más transparencia y apertura en sus procesos de evaluación de riesgos.
5) Formar equipo con los actores de la seguridad alimentaria en el ámbito de la UE y fuera de él. Los participantes en la conferencia alentaron a la EFSA a concretar medidas para hacer avanzar la colaboración entre las partes implicadas en la seguridad alimentaria como medio esencial para abordar la creciente complejidad de la ciencia y la sociedad.
6) Aplicar el enfoque de ‘Una sola salud’. Trabajar hacia un objetivo integrado y sistémico de salud permite conectar e integrar los conocimientos, los datos y la experiencia a través de una amplia gama de disciplinas, sectores y actores. El enfoque One Health reconoce el vínculo indiscutible entre la salud de las personas, los animales, las plantas y su entorno común y, de esta manera, facilita la transición hacia una alimentación segura, nutritiva y sostenible. La implementación de esta filosofía requerirá nuevas habilidades y educación en ciencia de sistemas, con énfasis en traducción e integración científica, y compromiso para trabajar en equipo. En la conferencia de Bruselas, la EFSA y sus agencias asociadas se comprometieron a crear un grupo de trabajo interinstitucional para avanzar en la investigación transdisciplinaria y el asesoramiento científico sobre cuestiones de ‘Una sola salud’.
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